Cultura del Vino
100% MAS DE VENTAS EN UNOS MESES¡Qué sonrojo, el rosado triunfa de nuevo en Gran Bretaña!MAURICE CHITTENDEN THE SUNDAY TIMES/EL MUNDO
Esta botella ya no sólo sirve para hacer lámparas. El vino rosado, del que se llegó a decir que lo mejor que tenía era que las botellas donde se envasaba servían como lámparas de mesa bastante decentes, repentinamente se ha puesto de moda entre la gente 'que cuenta' en Gran Bretaña.
Esta botella ya no sólo sirve para hacer lámparas. El vino rosado, del que se llegó a decir que lo mejor que tenía era que las botellas donde se envasaba servían como lámparas de mesa bastante decentes, repentinamente se ha puesto de moda entre la gente 'que cuenta' en Gran Bretaña.
Los expertos afirman que la moda de la cocina mediterránea, combinada con el desarrollo de unos rosados más secos y refinados, ha devuelto al este vino al primer plano y ha conseguido que sus ventas se doblen en los últimos meses. Según una investigación encargada por el Grupo Waverley, que importa vinos para restaurantes, supermercados y licorerías, el rosado se está convirtiendo en el nuevo chardonnay.
"Nuestras ventas han ascendido un 40% entre abril del 2001 y la primavera de este año", afirma Diana Thompson, portavoz de Waverley. "Estamos ante un giro bastante increíble". Las ventas de rosado suponen todavía menos del 5% en el mercado vinícola británico, pero aumentan a un ritmo cinco veces superior a las del tinto y el blanco. Los minoristas afirman que este cálido verano ha multiplicado las ventas y prevén que este año se alcance la cifra récord de 30 millones de botellas vendidas en Gran Bretaña.
"Nuestras ventas han ascendido un 40% entre abril del 2001 y la primavera de este año", afirma Diana Thompson, portavoz de Waverley. "Estamos ante un giro bastante increíble". Las ventas de rosado suponen todavía menos del 5% en el mercado vinícola británico, pero aumentan a un ritmo cinco veces superior a las del tinto y el blanco. Los minoristas afirman que este cálido verano ha multiplicado las ventas y prevén que este año se alcance la cifra récord de 30 millones de botellas vendidas en Gran Bretaña.
El pálido vino rosado, que desde la década de 1970 había adquirido un aroma francamente chabacano, se ha convertido en la bebida que se sirve en las fiestas de moda. Los supermercados le han vuelto a conceder espacio, y ha regresado a las cartas de vinos de los mejores restaurantes. El Ritz de Londres asegura que muchos de sus clientes piden un sancerre rosado de Pascal Jolivet, que cuesta 45 libras esterlinas por botella.
Los expertos afirman que el resurgimiento del rosado se debe a la mejora de la calidad del vino.
Los productores franceses que crearon el rosado mezclando vinos tintos y blancos de baja calidad que no podían vender han sido superados por los productores del Nuevo Mundo, que han introducido modernas tecnologías en los métodos tradicionales. Marcas australianas como Hardy y Banrock Station se encuentran entre las más vendidas del nuevo mercado. Sus rosados se producen a partir de uvas tintas a las que se extrae la piel en las primeras etapas del proceso de elaboración. Con ello no sólo se obtiene un color más claro, sino que también se reduce el contenido en tanino y la graduación alcohólica. Rowan Gormley, director ejecutivo de Virgin Wines, empresa de distribución minorista por Internet, afirma que sus ventas de rosado se doblaron el año pasado porque los consumidores de vino blanco estaban buscando algo nuevo. "Sin duda, la moda ha cambiado", declara Gormley. "El rosado ha dejado de ser de mal gusto y se ha convertido en una alternativa al vino blanco.
La gente sabe que el tinto aumenta la modorra vespertina, pero un rosado, al igual que un blanco, es perfecto para acompañar la comida". Lisa Cotton, publicista londinense de 25 años, es una de las integrantes de la nueva generación de consumidores de rosado. "Antes tomaba siempre vino blanco, pero este verano me he pasado al rosado; es un buen cambio, algo nuevo, y parece que lo está tomando todo el mundo", dice. Incluso el Mateus Rosé, el dulce vino portugués ligeramente espumoso que se puso de moda en la década de los 70, ha sobrevivido y ha conseguido regresar.
La empresa productora afirma que sus ventas en Gran Bretaña han aumentado un 32 % a pesar de que se afirma que es la bebida preferida de Sadam Huseín.
El actual caldo es más seco que el original, pero se sigue vendiendo en la famosa botella ovalada que servía para hacer lamparitas de mesa. Actualmente, el es tercer rosado más vendido en Gran Bretaña. Corney & Barrow, empresa comerciante de vinos de la City londinense, invirtió dinero hace años en una bodega de Burdeos especializada en rosado, y en la actualidad está recogiendo los frutos. Siete de cada diez botellas de rosado que vende corresponden a su Château de Sours, de 7,99 libras esterlinas, fabricado a partir de uvas merlot en una finca dirigida por el escocés Esme Johnstone.
Andrew Gordon, director de ventas de Corney & Barrow, afirma: «Algunos hombres siguen pensando que el vino rosado no es una bebida muy masculina, pero si examina la barra de alguno de nuestros establecimientos de vinos, observará que cuando se sirve un rosado en una mesa se extiende como la pólvora». Gillian Charlesworth, director comercial de la Wine and Spirit Association, declara: "Es el vino por excelencia para el verano. Nuestros hábitos alimentarios están determinados en parte por los lugares a los que vamos de vacaciones, y dado que cada vez hay más gente que disfruta de la comida española e italiana, la demanda de rosado también ha crecido".
Hugh Johnson, que ya ha vendido siete millones de ejemplares de su 'Pocket Wine Book' (libro de bolsillo del vino) anual, afirma que los británicos comenzaron a disfrutar de las delicias del rosado poco después de la segunda guerra mundial, gracias a una columna de Atticus publicada en 'The Sunday Times'. Johnson añade: "Me alegro, porque el rosado es magnífico; me gusta el pálido rosado de Burdeos, perfecto para quitar la sed. Pero es un vino para tomar en verano. Beberlo es como comer fresas, algo que no se hace en invierno". "Afirmar que el rosado es chabacano resulta algo anticuado. Nada puede ser hortera durante 50 años. En algún momento, la gente cambia de opinión", asegura. El conocido escritor Ken Follett también es aficionado al rosado. "Me recuerda uno de esos restaurantes de la playa de Cannes", dice.
Fecha de publicación: 14.07.2003
3 comentarios:
Porque no metes el rosado ese famoso en la cata de vinos que estas organizando?
Pues tengo la intencion...ese vino me encanta...
Oye que espectacular, tremenda cata no?
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