No es de la película que les voy a contar pero la sensación es la misma, hace dos días que regresé de mi viaje por Suramérica, fueron 11 dias exactos lo cual no es mucho en tiempo y menos cuando se trata de tres países, varias ciudades y regiones, cualquiera diria que es imposible conocer ni siquiera uno en ese lapso pero les aseguro que todos mis anfitriones hicieron lo posible y lo imposible porque me llevara lo mejor de cada tierra que pisé.
Pasa que era mi primera vez por esas calles así que los relatos son desde la perspectiva de una persona conociendo ese mundo, no es que no hubiera viajado nunca pero antes lo hice de chama con mi familia, en el caso de Europa fué en un grupo lo cual fué completamente diferente a un viaje fuera de mi país con una amiga de toda la vida donde la atención fué exclusivamente para nosotras, personalizada y única...éramos embajadoras de nuestro país y así como yo tenía expectativas ellos también.
Comenzamos por Chile donde nos esperaba Francisco Dumay representando a Bodegas Valdivieso, el se iba a encargar de nosotras por cuatro días, nos recibió en el aeropuerto y nos llevó al hotel Sheraton donde estábamos destinadas a pasar tres noches, ya por ahi todo comenzaba divino.
Al día siguiente nos pasó buscando para llevarnos a lo que ellos denominan la fábrica de espumantes hechos con método tradicional (realmente le dicen Champaña pero ustedes ya saben que no se debe usar ese término), allí nos dió un recorrido junto al sommelier de la bodega explicándonos como hacían este producto y otro tipo de espumante con metodo charmat, ya había visto algo así en Bodegas Pomar para lo del método tradicional, pero lo que realmente me sorprendió fueron los depósitos utilizados para sus espumantes con metodo charmat, gigantes como los había visto en fotos pero en vez de acero inoxidable eran de yeso, todos blancos (no me dejaron tomar fotos..snif snif!!!).
Hicimos la respectiva degustación luego de conocer los procesos y pudimos distinguir en una cata profesional la diferencia de cada uno de los productos.
Cuando terminamos Francisco nos llevó a almorzar a un restaurante donde la especialidad eran los mariscos, ¿qué más podia ser?, aunque pareciera obvio nos encontramos con la sorpresa de que lo que más recomendaban era las carnes pero insistí ferozmente para probar lo que a mi tanto me decían de los productos del mar de ese país y satisfactoriamente tuve ricos resultados.
El restaurante se llamaba Mira Olas ni loco me llevaba al Mercado Central, nuestro anfitrión resulto ser muy escrupuloso, pero siguiendo todas sus sugerencias comimos divino y probamos de todo, entre ostras, ostiones, camarones de río y machas gratinadas sin dejar de lado el respectivo vino blanco Valdivieso Chardonnay nos dimos un festín, poco prudente ya que teniamos que ir a otra fábrica y quedamos muy llenos, lo bueno fué que parece que desde que uno parte de viaje se te forma una capacidad de comer y resistir las caminatas y compromisos digno de una persona con dos y tres estomagos, debo decir que no íbamos a dejar el postre por fuera, siempre pedimos hasta dos muestras para probar de todo un poco; los reyes chilenos: El merengue, el manjar, y las frutas, todo esto lo probamos en muchas y exquisitas versiones.
Tomando un segundo aire nos fuimos a la fábrica de destilados, licorosos y fortificados Mitjans, empresa a la cual pertenece Valdivieso, para mi fué una sorpresa debido a que no sabía de ella y resulta que es muy famosa y antigua en Chile, existe desde 1910 teniendo entre sus productos licores dulces, ron, ginebra, vermouth, bitter, aguardiente, anís, piña colada, crema de whisky entre otras tantas cosas que habría que reseñar a parte, lo importante para mi fue ser atendida por un maestro coctelero maravilloso, conocedor y experto en la materia que me llevo por el camino de los destilados, la cocteleria, la maceración de las frutas para las licores y todo un mundo de productos los cuales no imaginaba iba a conocer tan de cerca.
Así entramos a la fábrica...higiene industrial, asesinato al glamour...
Nerviosa con las escaleras, tomando muestras de almendras maceradas
Que saben horrible...mas de 50 grados de alcohol...
Ya para descansar llegamos al hotel, al otro día iríamos a Curicó, a los viñedos de Valdivieso...