Es costumbre en mi casa que la cena del 24 sea muy tradicional y la del 31 no tanto, para despedir el año 2008 comenzamos en mi casa con la discusión de siempre ¿Será que vamos a algún restaurante o cenamos en la casa?, siempre mi mamá quiere salir pero nunca nos planificamos y cuando llega el momento obvio que la plata ya no alcanza para ir todos a una súper cena de fin de año.
Ya con los regalos comprados y entregados, los gastos del 24 y un sin fin de etc que pasan en diciembre incluyendo mi viaje a Europa que me dejó satisfecha pero desbancada, decidimos quedarnos en la casa...de todos modos siempre mi mamá nos obsequia un banquete mejor que el de cualquier restaurante.
Siguiendo la tradición el menú no fué tan tradicional salvo un cordero que preparó mi mamá al horno que le quedó delicioso, mi hermana mayor decía que ni en Casa Cortés se había comido uno así...y no exageraba, quedó muy suave y jugoso...
Lo que sorprendió a todos fué el pollo, mi mamá quería hacer algo diferente y como buena cocinera que es la imaginación la llevó a rellenarlo con hongos y manzanas verdes y amarillas, quedó exquisito, imagino que deben haber recetas parecidas pero en éste caso fué algo original y diferente...nos dejó encantados..., como todos los años la mejor hallaca es la de la casa de uno pero en éste fin del 2008..el mejor pollo lo hizo mi mamá...
El acompañamiento fueron pepitas colombianas salteadas con ajo y perejil y plátano horneado con canela.
Brindamos con Nieto Senetiner extra brut y brut nature y recibimos el año con cava Freixenet Cordon Negro, la comida la acompañamos con Casa Silva cabernet suvignon reserva...Dios ya quiero que venga el otro diciembre...
La mesa servida
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