Llegamos y en la entrada se veía el cartel de Zuccardi, el precio por persona para dar el recorrido y desde ya te sentías en Disney, todo ordenado y organizado, algo de souveniers y de frente estaba sentada una chica que imagino era la recepcionista, le dimos nuestros nombres y preguntamos por Mauricio, él nos estaba esperando.
Seguimos charlando y relajándonos un rato, en algún momento se acercó una muchacha bastante joven, muy linda, flaca y pequeña que nos vino a saludar, era como la gerente del restaurante, fué muy amable y nos dió la bienvenida, en ese momento venia llegando José Alberto Zuccardi, persona muy querida en Venezuela a tal punto que ya algunas mujeres se desmayan de solo saber que viene de visita, por él y para conocer toda su filosofía, fué que yo decidí ir a Mendoza y su bodega era la primera en mi lista.
El nos saludó y luego se dirigió hacia donde estaba la chica con un grupo de turistas, la abrazo y la presentó, cuando ella dijo que se llamaba Julia no pasó un segundo antes de que me diera cuenta de que ella era la hija de Zuccardi, la verdad era idéntica a él en su versión femenina y la ví tan humilde que no te enterarías que con su nombre hay toda una linea de vinos los cuales además son buenísimos...para mí algo inimaginable, para ella logicamente es algo normal siendo hija de uno de los dueños de bodega mas famoso de toda la Argentina.
Al rato pasamos al restaurante, estabamos muertas de hambre ya que si sacamos la cuenta no habiamos comido desde el desayuno y ésta era nuestra segunda bodega a visitar en un mismo día, mi amiga Maya me habia hablado de su experiencia gastronómica allí, pero una cosa fué su descripción y otra vivirlo...fué tan divina que olvidé tomar fotos pero gracias a Dios pude grabar todo.
Aunque pensé que no iba a poder degustar objetivamente por las ganas que tenia de solo comer, Mauricio nos sorprendió con una muestra de los aceites de oliva de Zuccardi, los cuáles nos fué explicando uno a uno, fueron tres en total todos varietales, desde el más sencillo hasta el más complejo nos fueron sorprendiendo.
Todos los degustamos con pan, el primer aceite fue el de Manzanilla (originario de Sevilla) bastante suave y fino.
El segundo aceite hecho de Frantoio (su origen es toscano) se encuentra un poco mas de cuerpo y fué mi favorito por haber encontrado ese equilibrio entre los tres tipos de aceite.
Y por último en el aceite hecho de Arauco (originario de Argentina) encontramos mucha potencia y fuerza, es bastante complejo.
Los tres aceites son extra virgen y se pueden utilizar en diferentes tipos de comida debido a sus distintas y variadas características.
Cuando terminamos la degustación de aceites empezó la caravana de comida, comenzamos con las empanadas que nos dieron en tres presentaciones: cebolla, queso y carne quedando como mi favorita la primera, luego nos sirvieron ensalada la cual acompañamos con Zuccardi Serie A Chardonnay-Viognier, Mauricio nos explicó que esa línea está entre Santa Julia y Zuccardi Q, continuamos con una gran variedad de carnes y chorizos que acompañamos con Zuccardi Q Cabernet Sauvignon para luego finalizar con un postre a base de frutas que tomamos con Malamado Viognier.
La entrada al viñedo
Cualquier persona conocedor o no conocedor puede entender su filosofía y aprender de vinos, tiene carteles para todo bastante educativos, te provoca pararte en cada uno a leer, Mauricio nos iba explicando y yo preguntando muchísimo, ésta era mi tercera bodega y cada una era diferente, practicamente tenía que empezar desde cero por que lo que era bueno para una no lo era para la otra; entre las cosas mas resaltantes de Zuccardi encontré que el riego no era supervisado sino que tenían su propia fuente, la hacen por inundación, también vi que los viñedos consistian en parrales y se protegían contra las heladas con un sistema de calentamiento.
Protección contra las heladas
Riego por inundación
Vi muchas vides diferentes, José Alberto ha sido experto en experimentar con uvas con muchísimo éxito, introdujo la variedad Tempranillo y la Viognier en Argentina, concluí que la filosofía de esta bodega es no temerle a nada y romper esquemas lo cual les ha traido muy buenos resultados.
Ya casi finalizando llegamos a la bodega y conocimos desde las tecnicas mas comunes para hacer vinos hasta las mas complejas, encontrando hasta cuartos de ensayos donde experimentan con uvas distintas para como siempre traernos sorpresas llenas de buen sabor y placer.
Tuvimos una última degustación en una sala de cata, allí probé Zuccardi Z, hasta ahora el top de la linea, bastante potente y aunque le falta botella es un vino que cuando esté listo para tomar seguro nos hara vibrar; también fué el momento en que José Alberto por fin se acerco a compartir con nosotros y nos habló de todos sus logros, pensamientos y proyectos futuros, descubrí que le encantan los vinos jóvenes donde la fruta se exprese planamente, también su contribución en el mundo del arte local donde hace concursos para pintores que plasmen sus dibujos en algunas etiquetas y cuadros que luego sirven de galería, proyecto que se denomina Cosecha de Artistas y hasta un CD de música nos regaló, por supuesto llena de talentos argentinos que te llevan a disfrutar de un buen vino.
El recorrido se queda corto en estas lineas, hay tanto por hablar todavía de Bodegas Zuccardi que me ocuparía un libro entero, los dejaré con las ganas de ir a conocer que más puede ofrecer esta bodega turística, didáctica, artística, gastronómica y compleja que encierra el mundo del vino tras sus puertas.
La foto más esperada... con Jose Alberto
Nosotras ya teníamos que irnos a descansar para luego, al otro dia, partir hacia la capital de ese hermoso país...íbamos a Buenos Aires...
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