jueves, 10 de septiembre de 2009

Concha y Toro presenta: Amelia 2005, misteriosa, elegante y alegre...


El pasado Lunes asistí a la invitación que amablemente me extendió Mariadelina Zobel para conocer el vino Amelia de la casa Concha y Toro importada por Ron Santa Teresa a nuestro país.

La degustación fué dirigida por Loreto Ruiz, Trade Manager de la marca a quien tengo tiempo conociendo; esto debido a que como ella dice lo que le falta es alquilar un apartamento para instalarse en Venezuela ya que nos visita constantemente.

La cita fué en Licores Mundiales y cuando entramos al salón nos encontramos con un ambiente lounge de muy buen gusto que nos dió a entender la calidad de lo que estábamos a punto de probar.


La convocatoria fué para las 6 de la tarde pero la gente terminó llegando como a las 7 para comenzar a las 7.30, debo hacer una pequeña reflexión en esta parte ya que esto es un mal al que estamos acostumbrados sin ninguna verguenza para con nuestros anfitriones, vengan de donde vengan.

La excusa es siempre la misma: La cola, lo cual para mi sigue siendo una falta de respeto porque se supone que estas personas están invitadas y confirmadas, osea que dijeron que si, por mi lado el 95% de las veces llego puntual ya que si digo que voy es porque planifico mi día en base a eso, de lo contrario no me comprometería.

Bueno pasando a un tema mas agradable, Loreto comenzó dando una breve reseña de todas las marcas de Concha y Toro y explicando un poco el concepto de lo que ellos denominan Vinos de Origen definido, en este renglón entran los vinos que ellos consideran premium y ultra premiun perteneciendo Amelia a este último.

Amelia viene de la clasificada por Chile DO Casablanca, conocida región por la excelente calidad de sus vinos blancos, el viñedo de donde proviene se llama El Triángulo caracterizado por su suelo arcilloso y clima mediterráneo árido con influencia marítima, el cual da a sus vinos de uva Chardonnay esas notas minerales agradables que acarician los sentidos.

Ya hablando por mi, me sorprendió demasiado el cambio que encontré en esta presentación Amelia 2005, todavía lo estoy analizando. La ultima vez que había probado un Amelia no lo recuerdo porque habrá sido hace muchos años, lo que si recuerdo es a un vino denso, cremoso de intensos aromas y de colores dorados que dejaban una grasosidad y untuosidad en boca donde solo yo podría tomar un copa.

Lo que degusté el martes tenia notas doradas alegres, aromas a compota de cambur en primera nariz y notas marinas cuando se agitaba la copa, estoy segura de que ese vino daba mucho mas si se le dejaba abrirse un rato luego de servida; en boca tenia un delicada acidez, un sutil dulzor y en general un equilibrio relajante que me provocaba pasar de una copa a la otra sin mucho pensarlo.

Fué muy agradable encontrar cambios tan intensos en un mismo vino, esta es solo mi apreciación.

Se trataron de hacer varias armonías con algunas entradas que sirvieron luego del análisis sensorial subjetivo, casi ninguna sirvió excepto la que cerró con broche de oro: tartaletica de salmón con queso crema, esta venia saliendo del horno y se te deshacía en la boca, la crema estaba muy fresca y equilibrada en untuosidad y grasosidad lo que para mi logró una armonía por afinidad, lástima los que no se quedaron hasta el final...

Fue una degustación muy agradable y hecha con buen gusto, cuando nos despidieron nos esperaba el recuerdo típico en este tipo de eventos y cuando creí que nos iban a dar alguna libreta, sacacorcho y/o boligrafo de regalo, nos entregaron una botella del vino degustado...me llevé una gran alegria para mi casa...no podía ser de otra manera cuando se trata de Concha y Toro, la casa mas importante de vinos chilenos en el mundo.

Muchas gracias por esa invitación...



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